Terapia de la sombra | AFIRMACIONES BAJO PROGESTINA
15857
page-template,page-template-full_width,page-template-full_width-php,page,page-id-15857,ajax_fade,page_not_loaded,,side_area_uncovered_from_content,qode-theme-ver-10.0,wpb-js-composer js-comp-ver-4.12,vc_responsive,elementor-default,elementor-kit-393968
 

AFIRMACIONES BAJO PROGESTINA

Imagen de Autor Desconocido

Declaro sin culpa,
Y me rescatan de muchos mis intolerancias
Ambas caminos amarillos que me llevan hacia alguna parte.
Afirmo sin titubear,
Que me aterra la tranquilidad cuando se viste de calma azucarada,
de colmena.
Las rutinas me enloquecen,
Esas que parecen una muerte lenta
Pero no con mis libros, esa rutina es celeste.
Necesito una pregunta, una tormenta,
la sacudida, el estupor o la sorpresa.
Todas me gustan.
Entonces muevo un hilo y otro
provocando mis catársis.
Me basta caminar, un texto de Pizarnik,
una mirada o una bicicleta.
Me parecen un plomazo las parejas
que no vuelven a llamarse por su nombre.
Bostezo con historias del «amor de tu vida»,
Cuando no pueden siquiera decir:
Yo soy, el hombre y la mujer de mi vida. Los dos habitan en mí.
Agua y fuego.
Me asfixian todas esas zonas comunes donde solo quiero salir corriendo.
Es casi enajenante quien sigue pensando que hay cosas para siempre,
Apenas esta idea se construye
Y ya la persigue la siguiente.
Ni un segundo se parece al anterior.
Declaro la guerra al ginécologo y sus fierros:
Espéculo, estetoscopio, histerómetro, fórceps, colposcopio y ventosa.
Cuestiono la idea de que conoce mi cuerpo mejor que yo con sus diagnósticos y recetas.
Yo sé de sus ritmos y fases,
lunas, soles, espadas y corazones.
Sé cuando arde y pide agua
Y también cuando sus aguas lo ahogan.
Afirmo, que las mujeres de mi vida son maravillosas,
Las necesito cerca, fuertes, poderosas.
Las riego como flores, las celebro.
Si no están para regarme, me seco.
Me cansé de ese Dios que es castigo, infracción, policía y bombero.
Mi Dios anda en moto y se hace trenzas.
Puede meter un gol y deleitarse en un poema.
El mayor acto de amor que me he brindado es escribir, escribirme.
El que puedo recibir es que si me lees, te leas.
Y voy a hacerlo mientras me dé la gana y cuando deje de darme quizá me ponga a hornear galletas o me enliste para Química Farmaco Bióloga.

Caperucita Loba, Bitácoras de Vuelo.