Imagen: Vladimir Fedotko
Imagen: Vladimir Fedotko
El infierno es el silencio,
Ese que te atragantas,
El que suena a ruido en tu cabeza,
A todo, menos a calma,
A indecisión, a división,
Tu ego cantando,
Siempre evasivo, siempre exagerado.
El infierno es el silencio,
El perdón que no pides,
El que no otorgas,
Las palabras espesas que te tragas,
El enojo que te asfixia,
El esfuerzo que no haces,
La mediocridad que eliges,
El miedo con el que amas,
El valor que no tienes,
El vacío al que te enfrentas.
El infierno es el silencio,
Donde vives haciéndote el listo,
Manipulando, jugando al estratega,
Dando y haciéndote el humilde,
Esperando tomar, ahora tú del otro,
Tramposo, obtuso,
Buscando siempre afuera.
El infierno es el silencio,
Donde guardas las lágrimas que no has llorado,
Ese aire de que nada te importa,
«El todo está muy bien»,
La pronta carcajada, más ruido,
Armándolo todo para que parezca real,
Y caminas solo, con tu máscara,
Jugando a ser feliz
Convenciendo a todos.
El infierno es el silencio.
Caperucita Loba, Bitácoras de Vuelo.